miércoles, 12 de noviembre de 2014

Es difícil decir que no, pero no es imposibruu

Soy como la callampa porque esta weá es enteramente para mi y ni siquiera por eso soy capaz de mantenerla como mujer decente. Pero como también sé, casi nadie lee esta weá así que es como la mugre debajo de la alfombra.
Antes de sentirme como el hoyo y apenarme debí haber escrito una mierda y haberla publicado, cosa de regocijarme en mi inocencia/estupidez cada vez que la leyera, y así recordar que tengo sentimientos mamones y sensibles como los de una adolescente que menstrúa.
Me autocontaré la historia de nuevo para después de que decida que soy muy vieja para algunas weás, recordarme cuando era vivaz, y no mostrarle nunca esto a ningún pololo de la existencia, porque estas son cosas que uno conversa con las amigas, ojalá tomandose algo rico.
Con Jorge, nos encontramos un día de sol, él es de un barrio pelolaiscuico, él tiene los ojos verdes como el pastito, la cara blanca no tan blanca, pequitas diminutas y casi elegantes, una barba semi-cuidada, pelo largo con claros indicios de ascendencia rubia sin ser rubio y largo, ropa de niño revelde skater, le llego al cuello, usa un perfume suave, un gorro culiao de esos que hacen parecer a la gente como si les hubieran puesto un conito de crema en la cabeza, pero se le ve extrañamente bien, que conchesumadre más grande.
Me siento cómoda hablando con Jorge, él hace que conversar no sea latero, nuestras conversaciones nunca pierden el hilo y siempre hay bromas simpáticas entre medio, él a veces me abraza pero no soy tan buena con el contacto físico, así que no devuelvo los abrazos en primera instancia, porque qué weá más rara jesús, yo casi no dejo que la gente haga eso, a menos que las quiera muchito, como a mi Javi, siempre la ando manoseando, perdóname Dios.
Vamos caminando hacia la playa, por la chucha, qué mal día para usar un vestido blanco de falda plato, pienso yo, viento de mierda, igual estoy con shores cortos abajo, pienso yo, igual me veo bien, no sé si me dure mucho, parece que va a empezar a hacer calor.
Llegamos a la playa y nos echamos, él anda con una botella de agua normal, onda rellenada, me hace pensar en una frase que me dijo la Cindy, cosa que después comprobaría que no es así: "Hay partes dentro de esos barrios que son de gente de clase media", quizás, pero Jorge no era de esos, oh no, pero eso es historia que viene después de esta historia.
Nos echamos y empecé a sentirme en confianza, tanto así que me estiré sobre su regazo y dejé que me hiciera nanai, yo no suelo ser así, porque me creo mala, me creo del guetto, que soy entera achorá, mentira, soy una mierda, los perros que viven en la calle me hacen llorar, todo me llega mucho y soy muy sensible, pero nadie tiene que saber eso, tsss.
Nos miramos y decidí que me lo iba a comer y lo hice, me respondió el beso, posteriormente hablaríamos de eso como una weá shuerloca. "Yo no tengo estrategias" me dice Jorge, "yo podría estar así con cualquiera mucho rato y nunca haría nada, te apuesto a que pensaste que era super weón por no haber hecho nada" me expresó. Y yo recuerdo que pensé "oh, bacán que nos comimos ahora, porque hace calor, puta que hace calor" <- los pensamientos de las personas a veces son más sharshas de lo que nosotros creeemos, y no es que yo sea una persona vacía.
Nos fuimos, comimos pizza, él me invito la comía, yo me rajé con unas bibías.
Nos fuimos a una placita, echamiento y comimiento.
Caminamos al terminal, abrazados como una pareja kawaii, esta weá fue más brígida, hace demasiados años que no caminaba así con nadie, ahí dejé mi achoramiento aweonao -a veces aweonao y a veces cul, me gusta ser así, en todo caso- y me sentí como la más querida, la más tierna, con un sentimiento de femeneidá diferente, como no sé, fue bonito, aunque las calles estuvieran ralladas, feas, con olor a pichí, aunque hubieran vendedores ambulantes al rededor, las micros aclamaran con bocinas un diminuto espacio en el paradero, fue bonito, un recorrido de gente que se quiere, que quizá no se quería pero el sentimiento era bonito, sin pensamientos aweonaos de qué somos, qué estamos haciendo, nos conocimos recién hoy. Me fui en la volá, no importa, esto es como hablarse a sí mismo.
Llegamos al terminal, faltaba tiempo para que saliera su bus.
Me fue a dejar al paradero, me dio un beso largo y tierno.
Y me fui, caminando, hacia la casa de una amiga a tomar mojitos y pelar, a sentirme con anécdotas bonitas.

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