jueves, 27 de julio de 2017

Hola Mary, soy yo.

Hoy ha sido lejos, el día más relajado de la práctica en los 4 meses que llevo viniendo aquí. Por fin respiro tranquilidad, y no presión u angustia. Desde siempre he sido una histérica, la vida es dura y no me puede pillar de sorpresa, porque siempre voy a estar lista, siempre pensé desde antes lo que podría pasar, los escenarios buenos y los pésimos, los malos, los pa´ la cagá, los inhumanos, los trágicos, los tristes. Eso es lo que pasa, mis escenarios mentales eran todos una telenovela digna de Colombia, seguidora férrea de clásicos como "La gata salvaje", por ejemplo. Porque la vida era gris y en cualquier momento me iba a llevar de este mundo por la increíble pena que sentía todos los días, porque la vida estaba pintada en una paleta de negros y grises hechos de pura mierda. Eso hasta el domingo. ¿por qué hasta el domingo? Porque me enteré de la noticia. Porque ahí supe y me dije a mi misma, ¿cómo chucha voy a atormentarme por semejante imbecilidad, cuando tú tienes cáncer?
Una vez en el colegio nos dieron una tarea, era traer el nombre y la biografía de alguien que nosotros admiráramos. Yo no llevé a nadie (en realidad, ninguno llevó a nadie) porque en ese tiempo ignoraba el real sentido de la palabra "admiración" y dije: "No traje a nadie, porque no admiro a nadie", estaba muy equivocada.
En estos días de constante introspección me llegó ese recuerdo a la mente y pienso "Qué tonta", y el próximo que se viene a mi mente, es ese recuerdo de cuando me llevaste en tu auto al centro junto con Máximo, porque iban a la feria, igual me fuiste a dejar al centro, porque así de amable eres. Y recuerdo esa conversación con tanta calidez, cuando llegó la realización, ese click mágico que se activa en el cerebro cuando encontramos respuestas a preguntas que ahondan en nuestro inconsciente. Ahí reafirmé la idea: tú eres mi ídola, y yo, te admiro mucho.
La admiración generalmente está reservada para personas que abundan en la boca de la gente, en el sentido de que son famosos, que son reconocidos, quizá alguna foto en una revista, quizá en Youtube. La gente "admira" a Alexis Sánchez, los hombres lo envidian, la prensa lo asedia. Yo no siento admiración por él, pero me cae bien el cabro, me perturba lo mucho que lo persiguen, déjenlo tranquilo. Estoy increíblemente segura de que eso, no es admiración. Pero eso es harina de otro costal.
Para mí la admiración es un sentimiento que surge cuando ves las acciones, palabras, pensamientos, sucesos de la vida de una persona y producto de algún factor distintivo (lo loable de sus acciones, lo amable de su tacto, la perseverancia con la cual persigue sus objetivos, etc) surge del corazón un sentimiento de inspiración, no pretendiendo envidiar o arrebatar la grandeza de la persona, sino utilizándola como una guía, un camino. Y desde que te conozco mejor, eso has sido por un período de tiempo, sólo que fui muy ciega para verlo, o muy torpe para admitirlo, muy silenciosa para transmitirlo.
La manera en la que has conducido tu vida es admirable, la valentía de escoger la docencia como una profesión, el temple emocional que debes tener para tratar con niños discapacitados, ayudarlos a hacer su vida mejor, más linda, más cálida, en un mundo donde el pensamiento es de descarte y discriminación, como una eugenecia social. La alegría y positivismo con que llevas la vida, el ímpetu del mañana, la ternura de tu maternidad, la fuerza con que defiendes tus convicciones, la potencia que tienes para hacer todo en tu poder para prevenir la injusticia...
Ayer conversé con mis papás la posibilidad de escribirte esta carta, debido a lo sensible de la situación, nos encontramos en muchos escenarios de duda y callejones sin salida, incertidumbres y recuerdos un tanto dolorosos. Tú quizás no lo sabes, no tienes por qué, de cualquier manera. Mi abuelita Celia, mamá de mi mamá, sufrió de alzahimer, producto del cual falleció. Además de eso está Sandrita, la tía de la Laura, una amiga mía que vive cerca de nosotras, como por el paradero 7. Ambas, se encontraron con la sorpresa de que, después de pasar una vida ayudando a la gente, siendo buenas y amables, al momento de estar visiblemente deterioradas, ninguna de esas personas se acercó a ayudarlas en vida, ni mirarlas siquiera, pero todas ellas, te aseguro, estaban al momento de sus velorios, y sus funerales. ¿Por qué?, ¿será que esa imagen deteriorada opacaba los días llenos de felicidad, los días donde mi abuela celebraba los aniversarios del Centro de Madres de Gloria, los días llenos de pacientes enfermos de Sandra, o es el dolor de ver las injusticias de la vida? Porque las enfermedades llegan, hay guerra en el mundo, niños mueren de hambre, gente escapa de su tierra, los ricos se hacen más ricos a costa de los pobres, Marcelo Díaz las caga justo en la final de la copa confederaciones.
Todo eso estaba constantemente resonando dentro de mi cabeza, que no hay equivalencia en el intercambio, porque la vida está llena de giros, y de injusticias. De ninguna manera pienso, ni creo, que las cosas llegan o pasan por algo, a veces simplemente pasan, y las crédulas mentes humanas les dan una razón, para darle sentido a las penurias y una justificación a las lágrimas derramadas.
Si tu quieres una razón del por qué yo no puedo dártela, soy sólo una persona que ocupa un ladito en el basto universo. Lo que si te puedo decir, es que tu enfermedad abrió mis ojos e impactó mi temple de tal manera, que desde el domingo no soy la misma y no quiero volver atrás. Porque fui presa de un sentimiento de amargura producido por el desequilibrio químico de mi cerebro, la vida me agobiaba, quería cerrar las cortinas que enmarcaban mi patético drama. Pero con un simple giro de la vida ese teatro se derrumbó por completo y lo que quedó entre los escombros no volverá a hacer otra cosa si no arder, porque nunca más venderé las entradas de tal idiota espectáculo. La obra se acabó para siempre. De seguro tú lo sabes, y lo entiendes mejor que yo: la vida siempre será injusta y habrá crueldad, pero también hay hermosura, por montones, así que, ¿por qué no mejor disfrutarlo, y dejarse llevar?
Tú eres de las personas que comprende que la vida es una sola, porque lo que nos espera después es incierto, por qué no mejor llevar los días nublados con una sonrisa, tomarse un vino, y cantar junto a Gardel en un parlante, tener hijos inquietos, coleccionar lo antiguo y preservar su belleza, comer sopaipillas en la lluvia, gritar, reír, ser feliz.
El peso de tus hombros se hace cada vez más insostenible, y es ahí donde yo puedo hacer algo por tí, dentro de este blog están las palabras más secretas, más profundas, de mi vida. Desde siempre sentí que el mejor medio para transportar mis pensamientos era a través de palabras, y es por eso que llevo esta weá (porque de verdad, hay de todo), de lo que espero, te entretengas, te rías, y te ayude, dentro de todo. No te ofrezco ni vino ni drogas, porque te puede hacer mal. Este es mi regalo para tí, espero te guste, confío en tí, no le cuentes a nadie lo que aquí está por favor.



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