martes, 19 de mayo de 2015

Di lo mejor de mi.

Y no es que no siempre dé lo mejor de mi.
Es que ahora de verdad le puse empeñito a la weá y no me resultó. Puchi.
Explico la cosita:
Conocí al weóns y yo desde siempre supe que no me gustaba, ni me gusta. Físicamente non atractive, pero eso no importa tanto, lo que más importa está detrás de esa mata de pelo cochino -que definitivamente es lo más asqueroso y más desalentador de su apariencia xd- Es como la weá intelectual, la weá de la opinión, la weá de la cultura. Eso es lo bonito y lo importante que tenía -tiene- este chicoco.
Y es por eso que cuando me dijo que yo le gustaba y quería algo serio conmigo, lloré. Lloré por la injusticia que es tener un sentir que no es dócil, ¿por qué no me puede gustar este weón que me quiere? -pensé-, ¿por qué no me siento ilusioná, feliz, y solo siento pena de sentirme como me siento? y no fui más de lo que he sido siempre, y le dije que en realidad a mi no me gustaba, que yo no me sentía así por él y me daba pena porque yo sentía que él era buena persona.
Y es por eso que le dije que yo igual no más quería intentarlo a ver qué pasaba, quizá el cariño venga por el hábito o que me iba a enternecer su manera de mirarme o no sé qué weá.
Y claro, me sentía querida y bien, pero solo hasta darme cuenta que en realidad yo nunca iba a poder retribuir bien niuna weá, porque no tenía el incentivo del amors, y me daba y me dan paja las situaciones donde tenía que explicar por qué hacía tal weá, y no era más por mi presión autoimpuesta de querer querer a un weón que yo nunca he querido xd

Urzula, quiero decirte que me siento orgullosa de tí, porque hiciste lo que creías correcto y cuando viste que fue errado, corriste a tratar de enmendar un error que nunca fue un error. Porque en estas cosas de los sentimientos no hay juicios de valor más válidos que el tuyo. Siempre fuiste sincera en decir que no sentías nada, que lo intentarías, y así lo hiciste. Fuiste valiente al momento de darte cuenta que en realidad el camino que decidiste seguir era uno sin salida y supiste devolverte sin problemas a la ruta y comenzar otra vez: Admitiendo que no ibas a seguir un camino que no te lleva a ninguna parte.

El ahora, cuando él me dice esas cosas que yo encontraría irremediamente pobre en cualquier otro, y pa qué estoy con weás, en él igual; que yo no me preocupe por él, que sigamos tal cual, que a él en algún momento se le va a pasar, es cosa de él. bye bye corazón.